Las últimas semanas han sido una auténtica montaña rusa para Chiquis Rivera. Los enfrentamientos de su familia la llevaron a un punto en el que necesitaba desconectar de todos y todos. Y así lo ha hecho. Pero en este intento de alejarse de lo que le afectaba, la cantante se ha encontrado con una nueva prueba en el camino. Una que le ha costado sudor y lágrimas y que ha querido compartir con su público. De la mano de su novio Emilio Sánchez, Chiquis hacía frente a una situación totalmente nueva para ella y un reto que le ha llevado a los extremos, en todos los sentidos, como ser humano. “Es lo más duro que ha enfrentado mi mente, mi cuerpo y mi espíritu”, escribía en el post de su perfil de Instagram. “Me repetía a mí misma: ‘eres lo suficientemente inteligente para saber que todo está en tu mente. Tu cuerpo es capaz de todo. ¡Lo tienes hecho!”, prosiguió.
¿De qué se trata este reto tan personal y a la vez tan importante? Con orgullo y gran satisfacción, la hija de Jenni Rivera contó qué meta ha superado a base de muchos momentos de bajón, de ganas de tirar la toalla, pero también de entrega y pasión. De la mano de su pareja y de la oración, Chiquis dejó atrás las lentejuelas, las alfombras rojas y los escenarios para sumirse en una de las grandes aventuras de su vida: subir a las cataratas de Yosemite. “¡Lo conseguí!”, celebró emocionada. Le costó. Lloró, se rindió en algunos momentos y pensó otros dar la vuelta. Pero ganó su fuerza de voluntad y sus ganas de superarse cada día. “Literalmente recé todo el tiempo y entre medias hubo unos cuantos momentos de ¡joder¡ Pero estaba determinada a terminar lo que había empezado. Lo que me mantuvo hacia adelante fue el sentimiento de lo que iba a sentir una vez en la cima de la montaña. Cuando finalmente llegué, lloré. ¡Lágrimas de pura alegría y gratitud”, prosiguió. Un reto muy diferente y liberador que le ha permitido estar más en contacto con la tierra, la naturaleza y la paz de este entorno. Estar lejos de los problemas y estar con ella misma, sin ruidos que no fueran el canto de los pájaros o el viento, ha sido una de las grandes experiencias de su vida y la prueba de que uno es capaz de todo si se lo propone.